Si pudieses tener la respuesta a cualquier pregunta que te has cuestionado durante tu vida, ¿qué preguntarías?
En esa tesitura se encuentra Natham (Daniel Lissing), el protagonista del fantástico cortometraje The Answers del Director Michael Goode que, por suerte, ha caído hoy en mis manos. Poco más de 7 minutos de metraje que me han servido para tomar conciencia de esas cosas que de vez en cuando me gusta cuestionarme para hacer balance y ajustar mi hoja de ruta. En este punto, os recomiendo ver el cortometraje antes de continuar leyendo el post para evitar algún que otro “spoiler”:
Natham, tras darse cuenta de que acaba de morir, se encuentra ante la oportunidad de poder encontrar la respuesta a cualquier aspecto de su vida que pudiese cuestionarse, como si de un Google “post mortem” personalizado se tratase. Comienza con preguntas muy triviales como quién robó su bici favorita, qué fue de su mascota, cuántas olas ha surfeado o cuántas veces dijo la palabra “joder”. Entre las respuestas que recibe, empieza a colarse de manera reiterada una mujer que formó parte de su vida: Paige. Natham empieza a tomar conciencia de una gran oportunidad perdida en su vida, en un momento en el que lo único que ya puede preguntar es: ¿Es este realmente el final?
Pensando en el cortometraje y en esto de aprovechar las oportunidades que te brinda la vida, me ha venido a la cabeza el libro “The top 5 regrets of the dying” (los 5 principales arrepentimientos de los moribundos) de la escritora australiana Bronnie Ware.
Bronnie Ware trabajó durante muchos años en cuidados paliativos y de esta experiencia, escribió un artículo que finalmente terminó convirtiéndose en un libro. Ante la pregunta: ¿de qué te arrepientes de tu vida? Estas fueron las 5 respuestas más frecuentes:
1. “Ojalá hubiese tenido el coraje para vivir una vida auténtica por mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí”
2. “Ojalá no hubiese trabajado tanto”. Muchos se arrepentían de no haber dedicado el suficiente tiempo a sus familias.
3.”Me hubiese gustado tener el coraje para expresar mis sentimientos”. Consideraban que se habían reprimido por miedo a molestar a los demás.
4. “No haberme mantenido en contacto con mis amigos”
5. “Desearía haberme permitido ser más feliz”
¿Y si nos sorprendiese la muerte de manera repentina como en el caso de Natham?¿Estaríamos satisfechos con lo que hemos vivido? ¿Estaríamos dejando oportunidades por el camino? Quizá esta pregunta te puede parecer muy dramática en este momento pero pienso que es mejor hacérnosla ahora que cuando ya sea demasiado tarde.
A veces la vida nos brinda oportunidades a las que no damos mucha importancia o, peor aún, sí se la damos pero no tenemos el coraje para dar el paso y aprovecharlas. Aunque os pueda parecer algo un poco macabro, os recomiendo el ejercicio de ponernos bajo la perspectiva de alguien que está en el final de su vida porque bajo ese prisma, mucho de lo que ahora nos da miedo o nos parece tan importante puede perder peso, dando lugar a la toma de decisiones relevantes para lo que de verdad deseamos hacer con nuestras vidas. ¿Qué es lo peor que nos puede pasar? Pienso que, como mínimo, al menos nos quedará la satisfacción de haberlo intentado.
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